Como el forecast estadístico es siempre inexacto, y más aún cuando bajamos a nivel SKU, hay empresas que buscan incrementar la certidumbre con acciones como preguntar a sus distribuidores, principales clientes y redes comerciales sus estimaciones con incluso meses de anticipación, cuando en realidad, ellos también sufren la incertidumbre del mercado. Aun así, basan su producción en dichas estimaciones, incrementando aún más la variabilidad con información de baja calidad que afecta directamente la operación con constantes cambios.
Los pronósticos de ventas son estupendos para planificar a medio y largo plazo, pero en la planificación de la producción a corto plazo se vuelve complicado mezclar dichos pronósticos con promociones de último momento, previsiones de clientes y pedidos en firme, complicando no sólo la toma de decisiones sino ocasionando exceso de algunos productos y faltantes en otros.
Debemos entender que la incertidumbre no sólo proviene de la demanda, también proviene de las fuentes de suministro y de la propia variabilidad de nuestra empresa, tanto en la ejecución como en la toma de decisiones, limitaciones de stock, variabilidad de la producción, etc.
Y lo mejor: esto seguirá pasando porque no es un mundo perfecto. Porque además debemos incrementar la productividad y rentabilidad, reducir la inversión en inventarios, y gestionar largos tiempos de entrega de puntos de suministro que en algunos casos son muy lejanos.
¿Qué podemos hacer entonces? ¿Cómo planificar la producción si la exactitud de mis pronósticos es limitada y cada pequeño cambio afecta toda la planificación de la cadena?
Como respuesta a este problema tan fundamental, everis, en su constante búsqueda de mejores prácticas, ha incluido en su portfolio una metodología especialmente conveniente para empresas afectadas por la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VUCA).
La metodología Demand Driven MRP (DDMRP) combina avances como Lean, Six Sigma, y la Teoría de las Restricciones para alinear la producción a la demanda real del mercado, por medio de una estructura que:
- Segmenta estratégicamente la cadena de suministro y establece “cortafuegos” que aíslan los efectos de la volatilidad por medio de “amortiguadores” (buffers) no sólo de inventario, sino de tiempo y de capacidad.
- Protege el flujo actualizando automáticamente los niveles de “buffer” necesarios para soportar los niveles de volatilidad.
- Determina en qué momento y en qué cantidad se deben liberar las órdenes de compra o fabricación, usando datos de la demanda real.
- Gestiona por medio de alertas las desviaciones de la demanda o el suministro, es decir, la gestión de la demanda “habitual” se automatiza y sólo se gestionan los datos que caen fuera de lo habitual, para determinar si en efecto es un problema puntual que debe resolverse, o si la demanda está cambiando y se deben hacer ajustes en la parametrización.
- Establece y visualiza con claridad las prioridades para la programación de la producción.
- Facilita la toma de decisiones, no sólo en la ejecución, sino también en la planificación, proveyendo de información relevante, y mejorando el proceso S&OP de la empresa.
Publicada en el año 2011 por Carol Ptak y Chad Smith tras 15 años de investigación, DDMRP ha sido probada en distintas empresas, mostrando grandes beneficios tanto en la mejora de nivel de servicio como en la reducción de stocks.
En mayo del 2019, el Massachusetts Institute of Technology (MIT), realizó un estudio con las opiniones y resultados de empresas que han aplicado esta metodología.
En dicho estudio se puede observar que las empresas reportaron mejoras de hasta un 23% en el nivel de servicio con reducciones de un 20% del nivel de inventario. También se redujo considerablemente el tiempo de entrega al cliente, consiguiendo una relevante ventaja competitiva.
No es de extrañar que el mismo Dick Ling, creador del S&OP apoye esta metodología:
Es importante señalar el apoyo que Demand Driven MRP está recibiendo por parte de SAP, Dynasys u otras herramientas emergentes, que ya soportan esta filosofía de planificación.
Tras realizar simulaciones para validar su efectividad, hemos llegado a la conclusión que se trata de una nueva filosofía de planificación que facilita las operaciones de forma práctica y sin demasiada inversión, además es accesible a empresas sin importar su nivel de madurez.
Tengo la certeza que esta forma de trabajar dará mucho de qué hablar en el futuro y con la cual muchas empresas podrán transformarse para incrementar su ROI y al mismo tiempo convivir de forma natural con la incertidumbre que llegó para quedarse.