La IA generativa, universal y exponencial | NTT DATA

mi., 26 noviembre 2025

Cómo la IA generativa está transformando el futuro del trabajo: impacto universal y crecimiento exponencial.

 

Universalidad de la inteligencia artificial: impacto en todas las áreas de la empresa

No podemos esperar a que la IA esté madura, porque nunca va a estarlo: la velocidad de evolución es vertiginosa y lo que estamos viendo hoy es apenas la punta del iceberg de lo que veremos en el futuro. En lo que hemos visto hasta ahora, esta tecnología se distingue por dos cualidades. La primera, que es universal, es decir, afecta a todas las áreas de una empresa y, por lo tanto, a la gran mayoría de los trabajadores. La segunda, que es exponencial. Los cambios y los avances se producen a un ritmo verdaderamente vertiginoso.

Ese impacto transversal la vuelve distinta a otras revoluciones tecnológicas. Los modelos capaces de generar software, texto o imágenes llevan a un nuevo nivel la productividad de quienes desarrollan tecnología, es cierto, pero también de quienes la usan: desde programadores de aplicaciones (por supuesto) y especialistas en recursos humanos hasta expertos de áreas legales y desde las áreas de finanzas o administrativas hasta las de comunicaciones corporativas. Nadie queda ajeno a este fenómeno.

Crecimiento exponencial: la velocidad de la transformación digital

Esto puede ser una fuente de eficiencia inédita, pero también trae sus desafíos: la formación en todos los niveles se vuelve esencial. Todos los roles de la organización deben recibir, como base, una alfabetización mínima en IA generativa. Luego, según la responsabilidad de cada uno, habrá especializaciones más profundas. Algunas competencias que deberían ser comunes a todo el talento: capacidad de análisis, expresión en lenguaje natural y espíritu crítico.

Uso responsable de la IA en la educación y el trabajo

Incluso, la transformación debe iniciar un paso antes: las universidades no pueden fingir que la IA no existe. ¿Prohibirla en los exámenes? Una medida que carece de sentido, tanto como intentar instalar una puerta en un campo. En lugar de eso, debería fomentarse su uso responsable y rediseñar los modelos de evaluación hacia la resolución de problemas complejos con acceso a las herramientas más modernas. En lo personal, recuerdo los exámenes de los años 1980 y 1990: cuando nos permitían hacer uno a “libro abierto” sabíamos que iba a ser especialmente difícil, porque se exigía más que conocimiento: criterio, capacidad de análisis y aplicación. La enseñanza con IA debería seguir ese mismo patrón: formar personas capaces de pensar, decidir y crear con el apoyo de la tecnología.

El futuro del empleo y la colaboración humano-máquina

El profesional del futuro no destacará por hacer su trabajo “como antes”, sino por obtener los mejores resultados posibles gracias a su habilidad para apoyarse en la IA cada vez que lo necesite. Un error común es ver a esta tecnología como una “competencia” o como un “enemigo”. La realidad es que no se está definiendo una batalla entre humanos y máquinas: se está estableciendo un nuevo modelo colaborativo, en el que la tecnología llega para potenciar nuestras habilidades naturales. Desde el punto de vista del talento, resistirse a abrazar la IA es sinónimo de perder capacidad de empleabilidad de cara al futuro.

Hace apenas un año, en el cierre de un evento sobre empleos emergentes, reflexioné sobre algo que hoy cobra más fuerza que nunca: la IA no es una tendencia más. Es una ola que está transformando todas las áreas de nuestras empresas, nuestras profesiones y nuestra forma de aprender. No podemos surfear esta ola, pero sí debemos trabajar para seguirla a poca distancia sin perderla de vista, o pasará y nos dejará fuera de juego. Y esa ola no se detiene ni conoce de límites. Por el contrario, es, como mencionamos, universal y exponencial.

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